El asma es una enfermedad en la que existe inflamación persistente en los bronquios, desde los más grandes hasta los más pequeños localizados en ambos pulmones.
Cuando tenemos tos que persiste, falta de aire, opresión en el pecho o escuchamos silbido en el pecho, puede ser asma. Más si los síntomas se desencadenan o se exacerban en la noche, en la mañana, con actividades físicas cotidianas, ejercicio, frío, lluvias, llanto o al exponernos al polen de plantas, polvo o mascotas.
Algo interesante y único en el asma, es que en un momento podemos tener los síntomas y en otro momento del mismo día ya no, así son, los síntomas varían a lo largo del día, de la semana, de nuestras actividades, del estrés que tengamos, de las exposiciones a irritantes y sobre todo cuando somos alérgicos a las plantas, al ambiente, al polvo, etc.
Antes era catastrófico tener asma, las películas son geniales pues nos hacen creer que si tenemos asma, estamos condenados a padecer falta de aire y utilizar los medicamentos por siempre y hasta que nos vayamos de este mundo. NO ES ASÍ. El asma se controla en el 100% de los casos, sobre todo si el asma es porque somos alérgicos, esto gracias a las pruebas de alergia y a las vacunas de alergia.
En la actualidad, los neumólogos envían a valoración por el alergólogo a los pacientes con asma, pues con un diagnóstico y tratamiento adecuados y por el tiempo necesario, escalonado y ordenado, podemos librarnos de los síntomas en los primeros meses sin volver a utilizar medicamentos, vivir libre de síntomas durante el día y la noche, sin limitarnos en nuestras actividades cotidianas y actividades físicas.
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